jueves, 24 de diciembre de 2015

la patria es la piel ensoñada

hace cuatro días que no dormimos // tenemos el cuerpo electrificado // miramos por sobre el hombro en cada esquina // las partículas de luz nos hablan // la televisión es cada vez más repulsiva //  las plazas tienen cada vez más vida // lejos de acá muchxs siguen muriendo // en mudas estocadas // y  los poderosos del mundo se disputan la muerte total.

 del otro lado del binocular estamos nosotrxs // en la parte chiquita // durmiendo del mismo lado de la cama // asqueadxs de los diarios que nos mienten // contando sueños y lunares // amándonos sin comprendernos // sufriendo // gimiendo // comprando pan dulce de navidad // recordando a alguien // puteando al colectivo // contando días para que se termine el laburo // preguntándonos por el color de la vida // por la posibilidad de una poesía viva // con la pasión extraordinaria que se agolpa bajo nuestra garganta // y que explota por fin //como un globo y una mentira.

 ¿cuándo? // parece que quieren que nos matemos entre nosotrxs // que nos arranquemos la piel con los dientes // que nos comamos de odio // pero las estrellas se ponen espesas y la densidad de la luna // abre cierres y baja breteles // y se mezcla el sexo y la sangre y la mierda // con el mágico misterio del existir // de la insurrecta voluntad humana // por devolverle a todo eso // tan cristianamente reprimido // tan conservadoramente manoseado // el carácter divino que le corresponde.

del otro lado del binocular estamos deseando a la vecina // estamos soñando con besos bajo sábanas más blancas que nuestras lágrimas // estamos peleando // nos comemos cada vez menos el verso que nos inyectan  // aunque lo chupamos con ganas // parece mentira que estemos así // tan efervescentes y perdidxs // tan a la buena de un dios mercado que nos marca la tendencia // tan arrojadxs al miedo // a la soledad // pero tan resueltxs a romper el círculo vicioso // a despojarnos // y ascender // a la libertad más deliciosa.

estamos en la antesala a algo // nos lo olemos // nos tiene igual de atentxs y atolondradxs // nos magnifica como un altavoz // saca todo para afuera // se destapan las ollas olvidadas // nos quema el agua hirviendo de lo irresoluto // del error conocido que venimos a reformar // ya no más // porque el lujo de una próxima vez // es otro precio que se infló hasta el infierno.

es tiempo de ir por todo // sin tapujos // hacerle frente por todos los frentes // a los monstruos de la desmemoria // del olvido organizado // de lo malaprendido y malenseñado // de la absurda vergüenza y la falta de confianza // no queda alternativa.

la patria es la piel ensoñada // es el cuerpo florecido en lucha // es la firmeza del árbol // la tardecita ligera // la sonrisa escondida en lo profundo de la tierra // no nos pueden arrebatar lo que decimos // la historia canta // no nos pueden quitar lo que bailamos // no nos pueden negociar la sangre porque ésta pertenece al cielo // a nuestras manos ajadas // a la montaña que abraza // a nuestros ojos que se buscan // a la calidez del viento en enero // a la majestuosa gloria de los sueños simples.

pan tierra y trabajo // y la magia de cada día.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Rutina

Las cosas siguen pasando
y una sigue haciendo
lo que le parece en cada momento
el fantasma de la duda se asoma
y una barre y estudia y come
y se viste y se toca y no mira
duda y empuja
duda pero empuja
un día sonríe y baila
otro día canta y llora
después goza y no duele
no importa, todo existe.

Otro día es muda, es pared
es abrojo
pegada a otros
pegada al recuerdo.
Al siguiente estalla
pero tiene miedo
después ya sabe
que se enroscó,
que no es cierto.
Un día se despierta
habla con los pájaros
mira a otra mujer
que le sonríe desde una foto
y se va
se pierde
se nace
de nuevo.

Pero una suena
lo sabe
hay una melodía que le nace
desde algún rincón del cuerpo
lo que no descifra
es como decirse a sí misma
que eso que late ahí
no es más que ella
cantando.

Y se lanza
lo grita, lo sacude
después se arrepiente
después se enoja
por retroceder
pero jamás.
Y ahí anda
y se levanta,
se desnuda, se desdice
se mata de risa porque
no importa, todo existe.

Abraza a los perros
duerme con los gatos
se pincha un dedo
y sangra
y otro día se despierta
y se descubre
en los ojos
una planta de luna
creciente
y se va
se pierde
se nace
de nuevo.

martes, 24 de noviembre de 2015

llenaluna



la luna me besa
selvático amar
me toca con dedos
de espuma de mar

salvajes mis ojos
la observan girar
yo siento la selva
la luna, el mar

me duermo arropada
en el frío lunar
la selva es un vasto
paraíso de sal

lunes, 16 de noviembre de 2015

qué importa el BlabLAbLa

le rezo a la diosa
ya planté lavanda
ruda y eneldo

ya aprendí de las brujas
que nunca me mecieron

Ví a las sacerdotisas construir liras
con trenzas y cuentos

le rezo a la diosa, la única luz
la luna que refleja al sol en su cintura
la que le pone el cuerpo

la que abre los ríos de la sangre
con entendimiento,
con secreto.

No me sirve tu machodios
que se disfraza de diosa para reinar

No me sirve un dios que no se desangre
sin morir jamaś

No me sirve que traiga rayo
cuando hay huerto, equilibrio, cantar

Le rezo a a diosa
ya viene mi hora

voy a saltar.

jueves, 8 de octubre de 2015

Ritual


La mujer en la sombra trenza su cabello de sol y trigo. Lo trenza con paciencia y agua de lágrima.

Sus manos oscuras de cortes y tierra preñada repiten el movimiento de forma constante,
como pies que caminan, como panza que ríe.

La mujer en la sombra trenza su cabello y se vuelve fuego de magias antiguas.
La trenza la transporta a la frescura del árbol erguido.

Ya no hay sombra en esa mujer.
Nunca hay sombra en la danza entre el sol y el trigo.

jueves, 1 de octubre de 2015

Fantástica

Estoy buscando la magia.

Un día escribí sobre su titilar,
encapsulado en vasos plásticos con café
y paradas de colectivos.

Estoy buscándola
para que nos sentemos, mate de por medio
y confesarle que la amo

que he vivido triste
pensando que vivir era otra cosa
y no magia, invencible, victoriosa

bailoteando en las polleras largas y azules
de mujeres de viento
o en el rulo sucio, pegoteado
de un niño que se ríe.

 Yo sé que anda por ahí
escondiéndose en las esquinas
jugando a la mancha con las estaciones

envolviéndome en mi pintorcito del jardín
trenzando mi pelo, despeinando mi flequillo
y mirando por el hueco
que dejaba algún diente que perdí.

En cierto momento la encontré en algún libro
mientras el sol giraba en el patio de baldosas
o se transformaba en rayo de luz polvoriento
filtrándose por la persiana baja.

Después siguió corriendo y yo seguí
medio encantada medio perdida
y la sorprendí en un disco
que me hizo volar noches enteras

o en el beso de lluvia de mi amor florecido.

Quiero encontrarla y seguir toda encantada
-ya no perdida-
maravillada de su frescura insaciable
y del rojo que deja
en mis labios asombrados.

Magia,
nos toparemos pronto.
Me lo dice algún lunar
de mi agotada lágrima
que entre risas y ajenidades
no cesa de buscarte.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Enlace

Volver a la ceniza.
Regar con sudor las puertas de madera.
Pudrirlas.
Quemar el campo, quemar la huerta.
Matar la muerte
y volver, desde la ceniza y el sudor
al vivo verde y violeta
de la ensoñación
de la propia mano creadora.
Y que nada importe,
porque ya no importa todo lo que
alguna vez quemó,
pues he vuelto a la ceniza,
en mi círculo infinito.
Soy la muerte muriendo
renacida otra vez.

miércoles, 16 de septiembre de 2015

Los días pasan en esta liviandad tan ajena, distraída.
Me miro los dedos y son dedos de otro, pero no de otra
yo los miro enrojecerse mientras siento mi cuerpo cerrarse y secarse.

Camino, lloro,
 las calles son ríos en donde rezo nombres y lugares
donde me pregunto por mis exilios
por mis huidas, por mis marcas.

Busco tus brazos pero hay violencia y soledad
hay preguntas y cristales que se parten
rutinas y cansancio, ganas de otra cosa
de algo vivo, de algo.

No espero, ya ni siquiera estoy en eso
en mantener esperanzas, en futuros cambios
qué se yo.

¿Qué es estar? ¿Qué hay que ser en este mundo?
¿Dónde están los sueños por los que tejía
días y noches de estrategias e imaginaciones?

Hay una taza vacía
que tiene la forma de mi alma
yo la beso, la observo
intento llenarla
de té, de café, de agua

pero no hay nada
sólo la blancura
distante y fría
de un objeto más.


viernes, 31 de julio de 2015

Decisión


-¿Qué pasa si hoy, que llueve
me pongo el pantalón más factible
de empaparse?

¿Qué pasa si hoy, con los últimos mangos
compro puchos y no
el almuerzo?

¿Qué pasa si hoy, que estoy tan pesada
me cago de risa de mi cuerpo
de mi atasco, y dejo de darle vuelta?

¿Qué pasa si me planto
y me niego a sentirme títere
de fuerzas que me escupen
desde el pedestal en donde las puse?

¿Qué pasa si me dejo de creer
que todo lo que pasa,
tiene que tener un por qué?

¿Qué pasa si decido que vos sos vos
y yo soy yo
y por tanto, tenemos puentes pero no espejos?

¿Qué pasa si hoy construyo un sueño
parecido a este día
que estoy viviendo?

¿Qué pasa si me niego a llorar
por los muertos
que no me pertenecen?

¿Qué pasa si hoy decido que
quiero hacer otra cosa con el tiempo
que se me ha dado?-

-¡Qué va a pasar! ¡Nada!, ¡Todo!, ¡Lo que hagas!
Que fama tengo, viejo...- suspiró Dios.



lunes, 13 de julio de 2015

Pero solo hay niebla

Espero la lluvia
mis poros la esperan
para llorar a coro
para penar con ella
La tormenta eléctrica
tronando en mi garganta
la tristeza del gris
nublando mi pelo
mis ojos repletos
de ansiedad de las nubes
ay, cielo
espero la lluvia
la tierra está tan seca
se descascaran mis manos
se quiebran mis yemas
alzo mi voz
-llena de viento-
y espero
y tiemblo
y ruego la lluvia.

martes, 7 de julio de 2015

Plegaria

Amor,
realmente no importa otra cosa.

Amor.
Por los que te rodean
los que te cuidan.
Por los que amaste
los que ya no están
por los que vendrán.
Amor por quienes
te hicieron crecer
por los que elegiste
y te dieron su mano.
Amor por la tierra
por el espacio
y el cielo y su incógnita
por la melancolía del mar.
Amor por las cosas,
por las que te recuerdan amores
por las que dan lecciones
sobre justicia y verdad
Amor por lo que hagas
a cada momento
amor por el acierto
por el error y su oportunidad:
Amor, por tanta herida
que necesita toda calidez
para sanar.

Amor.
Por tu cuero, tu piel
tu identidad.
Por lo que sos, aún
con el miedo, con la falta
con la irrealidad.
Amor por amar y
por nunca perder
esa forma de conocer,
de indagar.
Amor para el entendimiento
de toda cosa
de toda sustancia
de lo esencial.

Amor para entender
amor para perdonar
amor para superar
amor para levantar vuelo
para seguir aprendiendo
en otro lugar.

domingo, 28 de junio de 2015

alerta constante

Las muelas apretadas
los hombros duros, rígidos
todo el cuerpo tenso
¿Sin
decir
lo que quiere?
Diciéndolo, a golpe y porrazo
a dolor en la mandíbula
a sensación de alerta
constante
hiriente
no queriendo estar solo
conmigo
en la misma habitación.
Sensación conocida,
cuerpito, almita mía...
no te doy lo que queremos,
lo que necesitamos
ahora
y siempre.
Solo te doy estas intensas
ganas de explotar(nos)
de abandonar(nos)
de salir corriendo
hacia la vida que deseamos
y no la que nos dictan
el miedo y la autoridad
o lo "correcto" o los demás.
Tantas ganas de estallar...
reprimidas
en los hombros duros, rígidos,
todo el cuerpo tenso
esperando que finalmente
decida(mos)
desterrar los mandatos
y florecer el corazón.

viernes, 26 de junio de 2015

Sal

Qué se puede hacer con tanta tristeza.

En esta noche larga,
sin refugios,
mientras el agua salada me invade,
pregunto:
qué se puede hacer.

Yo miro los ojos de los que amo
los amo con un amor cada vez más profundo
oceánico
y los veo inundarse
de agua salada
de llanto, de mar.

Los veo luchar contra las corrientes del miedo
de la desesperanza
de la indenfesión
y lloro:
alzo los ojos al cielo y me pregunto
qué se puede hacer, dios
con tanta tristeza.

Acaricio sus cuerpos magullados
golpeados contra las rocas
contra las dudas
veo mi sangre en sus heridas
y me pregunto
qué se puede hacer.

Yo conozco sus pieles
sus sueños
sus sonrisas
cálidas como un sol
que nunca se esconde

Yo los he visto brillar
con una luz rabiosa
que compite con miles de luciérnagas
en una noche clara
pero qué se puede hacer

Golpeo las paredes
aullando herida
y pregunto todos los por qués
de una vez
rasguñando el piso

Clamo por la visión
de la calma
por unos minutos de paz
genuina paz, sin trampas
para nuestras almas.

Todo lo que tengo es este amor
y el agua salada
entrando por la puerta
ahogándonos,
congelándonos.

qué se puede hacer con tanta tristeza.



2 lts y 1/2

Ríos, inmensos ríos caudalosos. Ríos dulces y sonoros, juguetones. Rápidas correntadas golpeando contra las piedras, contra los bordes.

Mares. Mares infinitos, alunados. Espuma gris pegotéandose a la arena, dejando huellas que mueren al rato de ser abandonadas.

Querés beberte esos mares, beberlos enteros, olvidar la sal. Beber el río verdoso y el agua cristalina.

Beber porque tu cuerpo necesita sentir la saciedad. Beber tales magnitudes, sin preguntas, sólo instinto.

Saborearlo todo. No dejar ni una gota, ni una lágrima rodando por alguna roca que ignora la sed.

Nada. Toda esa agua en tu cuerpo, fluyéndote, destruyendo a su paso los canales, los diques de contención, los puentes, las edificaciones.

Desmoronando toda estructura, toda necesidad de quietud, de solidez. Como si el agua no fuese el elemento más sólido de todos, sólida en su impronta avasallante, en su forma de escabullirse, entrometerse en los recovecos, los resquicios.

La soberana de las cosas. La única. Con su seca y jadeante contrapartida: La sed. En esa eterna persecución, esa disputa. En esa contienda feroz e intrincada.

Zambullirse, abandonarse. Vibrar con la excitación del cuerpo dejado al quehacer de las corrientes.
 Sólo así se nada la sed, la arena en el alma que parece correr como el agua pero obstruye en forma de rigidez.

Sólo así acabarás con la quemazón de la tristeza, que
enciende todo tu ser.

martes, 23 de junio de 2015

(menos) energía

Cansancio
-energía
otra vez
más.

eso.

Que te envenena
que te explota
que te camina
y come
por dentro
con púas
con gritos
con viento.

eso. sí.

Hastío
repetitivo
reptando
con sigilo
por tu sangre
aburriéndote
deprimiéndote
desarmándote
cajoneándote.

eso. te. desgana.

cuánto más
lo vas a dejar
gastarte
los talones
morderte
los pezones
hacerte chillar
de rabia
y culpa
y trauma
y pena
la mierda
esa
no es tuya
ni de ella
vos sabés
ni de él
ahí va de nuevo
sacála
valentía
qué más
te queda
por
ceder.

Cansancio
-energía
eso,
sí.
 

lunes, 22 de junio de 2015

Parche

Frescura.
Un río de jugo de naranja corre bajo mi piel.
Siento su oleaje estrellarse en mis huesos.
Mi boca tiene frutillas por labios
que emanan almíbar rojizo
y fríos gajos de mandarina juegan entre mis cejas.
Un kiwi por ombligo corona el festín.

Liviandad.
El sol y la luna se abrazan con tiempo
anudándose lento entre mis piernas y pies.
Corro y me brotan alas
mientras beso las ramas adornadas con flores
que van a amanecer.

Respiro y toda vida
respira
me acompaso a su ritmo
la cadencia es lumínica.
No muy lejos suenan
las voces de los grillos,
convirtiendo en música
el aire que acabamos de absorver.

Es que te miro y vos también
sos de aire, de agua y fruta
de deliciosa y etérea escencia.
Nunca creímos llegar acá
nunca creímos sentirnos así
y por nuestros poros sale el asombro
que nos ilumina la cara
las caderas
las muñecas.

En cierto momento del ritual
tu boca se acerca a mi oído
y susurra, con una dulzura imborrable:
"Gracias a la vida que me ha dado piel
para emparcharme las heridas
y seguir danzando"

domingo, 21 de junio de 2015

niñaeternas

Me llegan gentes. Me adentran hondo. Las veo y siento que están viviendo en territorios oníricos: paisajes violetas de acuosa resonancia, de frío dulce en la cara y arriba, el sol.
Veo sus pies moverse -delicados pájaros brillantes-, elegantes como en una danza o en un ring, ¡furiosas aves saltarinas!, o quizá más bien son una foto todo color de sus almas viajeras, niñaeternas almas llenas de discos, y asfaltos crackeados por plantas.
A mi, al menos, solitaria observadora reportándose desde alguna noche sin dormir y sin reír, me reconfortan. Despojada ya de todo malverso, de cualquier deseo ruinoso...me calman.
De verdad percibo los sueños como fotos en sus ojos llenos de remos y ríos cruzados. Ojos con candados rotos, sin llaves ni guardias, para el mundo.
Y sonrío. Desde mi jaula hecha nido, construida con ramitas de miedo y olvido (malvivido...malherido...) sonrío.
 Me hacen, y lo digo, menos muralla y más salto.
Más deseo en mi piel de llanto.
Más luna llena en mi danza  y canto.
Menos pregunta estéril y más relato,
más cuento para niños que no arden contra la gente.
Más cuento para ellos, que no temen a la muerte.

martes, 26 de mayo de 2015

Jazz

Ahí estás
Quién diría
jugo de naranja y humo
volutas de color subiendo por la habitación.

Escuchás ese disco y pensás
quehaceres, horarios, rutinas
el niño haciéndose adulto
pero meciéndose, bailando.

"Sí, estoy bailando", decís
es mentira que no te gusta
esta sensación de noche
tarea cumplida
final del día.

La dulce relajación del calor
tu casa
tu mesa donde escribís
comés, leés

Donde alguna vez hiciste el amor.
Tal vez con este mismo disco.

Sonreís. Hay noches y noches.
Esta tiene el gusto del cansancio dulce
la satisfacción del movimiento
de la actividad.

Pensabas, sí
en lo que se quiere
en las obligaciones
los deseos, las tinieblas...

Pero ahora estás bailando
tu cabeza empezó a marcarle el ritmo al pie
despacio, sin apuros
hoy no hay corridas
no ahora; no hay mañana más
que el humo
y el jugo de naranja.

No, no es licor ni whisky
es jugo. Nada de eso,
no hay necesidad de estereotipos
de noche y de jazz.

Encendés, sin embargo, otro cigarrillo.

Hay algo en vos que aún se resiste a tanta vida
 brotando repentinamente.
Los dolores, la lucha, el miedo.
Quizá todo eso, quizá algo más.

"No importa", decís
de verdad no te vas a boicotear
por una vez que bailás
que soltás esa piel
ese aroma a verdad...

Y estás bailando.
Súbitamente bajaste las luces
despacito. El jugo
el vaso, la noche
giran. Delicia.
Las luces que se ven desde la ventana
hacen reverencias cansinas
al hombre que las baila.
Ellas también dicen

"Por una vez 

que suelta esa piel..."

y sonríen.
A veces vuelve.

Cuando son las cuatro de la mañana y te diste cuenta que necesitabas descansar y el finde largo
se te fue de las manos sin siquiera darte tiempo a reaccionar.
Cuando estabas demasiado embotada pensando en hacer o en distender o en dejar de pensar.
Cuando estabas mandando a la mierda a toda esa gente que te hizo mal
y recordando a los que te sacaron una sonrisa, por más mínima, regalándote algo de paz.

A veces vuelve.
Siempre tenés miedo pero estás intentando cada vez con más firmeza no dejarte desanimar
Pensando que la única manera de sobrevivir a este caos de sentidos es crear uno
en el cual depositar la fe.
Siempre creés ver que en el fondo del lago algo se está retorciendo
y que la calma de la superficie en cualquier momento se va a quebrar.

No importa, decís
No importa.
"Lo que viste fueron jirones en el aire, ya pasó", te cantás.
Esa inmensidad oscura que parece comerte por dentro no es real
no está allí. Nadie puede decirte que estás mal, que hay un error
con vos, con tu piel, con lo que sentís.
Nadie puede empuñarte la culpa, agitarla en tu cuerpo
hacerte sentir el frío de su filo en los labios.

No importa, repetís.
Las leves puntadas en el estómago
no querer dormir sola y mirar hacia los costados, alarmada.
No, claro que no.
Las preguntas en tus ojos mirando los ojos que amás
cuestionándote hasta el hartazgo toda la literatura que te quemó los sesos
los mandatos, los deberes, lo que creías, lo que entendiste.
Todas esas palabras que te pintaron ciudades de colores brillantes
y complejas abstracciones sobre el vivir
todo lo que no te deja conocer el verdadero gusto de la realidad.
todo lo que te hace preguntarte dos veces si "eso" es realmente lo que "es".

A veces vuelve.
Mirás hacia atrás casualmente, casi por error
moviendo las páginas de vos misma
te preguntás si estuvo bien. Te preguntás si es justo preguntarte eso.
Te enojás, volviste ahí. Volvió.
La puta madre.


Ese bicho horrendo que te chupa la sangre está tocando timbre.
Dice saber que querés que entre.
¿Qué carajo puede saber ese asesino? ¿Ese coso que ni boca tiene,
que no puede cantar, ni escribir, ni bailar?
¿Eso que se queda en los lugares oscuros y sucios
diciéndote que te pertenecen, que son tu hogar?
No, no. Ni en pedo, ni loca.
Eso de nuevo, no.

Armás un pucho, lo prendés, reflexionás.
¿Qué hacer? Sigue ahí..
Lo sentís respirándote en la nuca, babeándote el pelo.
Punto para vos: ya no te da miedo. Si, a cambio, un asco tremendo.
Escuchás el ascensor subir y bajar. Qué bueno sería que alguien lo vea
y sea otro el que tenga que lidiar con...eso.
Pero no, es algo tuyo, lo sabés. Pitás profundo.

No podés quedarte adentro para siempre. Tapar la cerradura para no ver su ojo
viéndote. No, es absurdo que lo dejes ganar así.
Vos sabés que no tiene sentido que te diga lo que te dice,
lo escuchás reírse y sabés que ni siquiera tiene boca, que no puede.
No, basta. Dejáte de joder con estas cosas.
No tenés idea de lo que significa vivir pero esto no puede catalogarse
como vida. Ni siquiera podés afirmar que el coso ese está, efectivamente, vivo.
Solo te mira y se ríe, se ríe por todo aquello que te duele y te averguenza
se ríe porque sabe que para echarlo tenés que enfrentarlo
y te cuesta.

----

El estómago lleno, doloroso, hinchado. Pero no fue gula, no fue alcohol.
Te acordás de la vuelta que fuiste al hospital y conociste a esa doctora que todavía creés
que la envió alguna entidad superior para despabilarte.

-Me duele la panza, doctora, es un dolor raro y ahora también lo siento en la parte baja de la espalda.
No me deja comer absolutamente nada, la verdad que no sé...
(La doctora interrumpe con preguntas que a la narradora le resultan extrañas. En medio del cuestionario, sobreviene una cuestión clave)
-¿Qué estudiás?
-Comunicación
-Ah, justo lo que te está faltando...(las palabras se pierden en la caída libre emocional de la paciente. Baja -momentáneamente- telón)


Te dejó pedaleando en el aire durante días, semanas.
Todavía te duele la panza y más de una vez te preguntás si vas a terminar conviviendo con esa sensación por el resto de tu vida. Siempre muy extrema, y siempre sin retractarte.
Te estuviste observando, entonces.
Para algunas cosas son bastante constante.
Estuviste sintiendo y viendo, en doble papel de actriz y espectadora, todas las veces que estos últimos días te tragaste palabras que tenían que salir.

Mierda que fueron muchas. Y algunas tan al pedo...
Con gente que querés, que conocés. Con gente que no tiene idea de quién sos y te falta el respeto porque cree que puede. Con otros que tampoco saben quién sos y hubieses querido abrirte, que lo sepan. Con gente que querías que te escuche y se distrajo mirando una mosca. Con gente que te puso en un lugar en donde no querías estar. Con gente que jamás te pidió nada aunque te dió demasiado.
 Con gente que te mira y sólo con eso te está diciendo cosas que tenés ganas de prender fuego, de destrozar (sería distinto si las palabras se pudieran romper así, como tazas que se caen o cortinas que se desgarran)

Algunas veces lograste decir (el coso atrás de la puerta lanza una carcajada) lo que querías.
Otras, sólo pudiste esbozar un estornudo de sentimientos.
Tenés la garganta cada vez más rota y te cuesta respirar, es como si adentro tuyo hubiese demasiadas cosas que te están quitando espacio.
Escuchás tu voz volverse cada vez más quebradiza. Lo escuchás cuando hablás demasiado y clavás 200 palabras por segundo y no te están dando bola. Lo escuchás cuando quisieras haber metido bocado y te quedaste con el nudo en la garganta volviéndose yunque. Lo sentís cuando dijiste tanto y te respondieron tan...otra cosa.

La cosa detrás de la puerta también prende un cigarillo.
Escuchás el ruido del encendedor. Te preguntás si lo fumará con el ojo
o con qué carajo, si la porquería esa no tiene boca. Se vuelve a reír.
Cómo se ríe...hondo, tenebroso, lleno. Se ríe como si no supiera hacer otra cosa.

Ya está, ya fue. Te hierve la sangre de cosas que no podés controlar más.
No vas a explotar, vas a canalizar, pensás.
Ahora vos te reís, mientras cazás la guitarra, la sartén
los zapatos, una silla. La mesa del comedor, la planta que hace unos días te regalaron.
Armada con todo eso y con los roles invertidos, ahora sos vos la respiración que
el monstruo escucha, mirando por atŕas del hombro, con miedo a acostarse solo.
Ahora sos vos el nudo de porquerías en el estómago, las preguntas por el ser y
el no ser y la fe y el amor y lo difuso de la realidad.
Le sacás punta a una pata de la mesa mientras abrís la puerta y, revoleando la sartén
le apagás el pucho en el ojo. El bicho grita de dolor, se retuerce. Te dice que no quería volver, que lo obligaste -encima, te quiere hacer sentir culpable-.
Ves como saltan los chorros de tinta y el coso grita mientras la guitarra hace su labor
partiéndose en la cabeza de "Eso" (si es que se le puede decir cabeza)
Nunca sonó mejor. Te ponés a cantar una de Zitarrosa que habla de la canción.
Es como un exorcismo para el monstruito.
Con los zapatos tenés una misión especial:
Les pedís si te conceden una pieza y luego del gesto afirmativo,
bailás con ellos encima del bicho.
Bailás enloquecida, como cuando te encerrás en la pieza y no hay nadie que te pueda parar.
Escuchás los chillidos y la guitarra todavía vibra partida en el piso del sexto piso.

Ya casi extinto, mirás hacia abajo para ver bien y por última vez a esa patética criatura.
Con el pecho lleno, la panza libre y la garganta abierta, improvisás un par de notas. Le cantás un blues. Uno de despedida.
Y le gritás que la próxima vez que te venga a callar la boca
te vas a sentar a escribir éstas líneas.