sábado, 20 de julio de 2013

La casa de mis padres
construcción aún imaginaria en Sierra de la Ventana,
es un vasto paraíso de íntimo sol.

Mi madre, que nunca cocinó
nos prepara torreones de chocolate
frutos rojos, abrillantados confites
y ríos de café con té de hierbas.

Mi padre, transformado en abuelo
saluda simpático montado en bicicleta
con el canasto lleno de verdura y el diario.
Planta jacarandaes en los rincones de la tierra.

La casa de mis padres en Sierra de la Ventana
piedra sólo narrada de deleites del tiempo
se alza ante nosotros con la alegría de la montaña.

Solo la palabra
la música de las plantas
el viento susurrando y quemando nuestros pómulos
conocen el anhelo y la esperanza
el brillo en los ojos
de los sueños más tiernos
de los deseos más ardientes.

Por eso, este nido de calor e historias
se parece a una biblioteca
a un río caudaloso
a la vibración en las cuerdas de un violoncello.

No hay comentarios:

Publicar un comentario