lunes, 22 de junio de 2015

Parche

Frescura.
Un río de jugo de naranja corre bajo mi piel.
Siento su oleaje estrellarse en mis huesos.
Mi boca tiene frutillas por labios
que emanan almíbar rojizo
y fríos gajos de mandarina juegan entre mis cejas.
Un kiwi por ombligo corona el festín.

Liviandad.
El sol y la luna se abrazan con tiempo
anudándose lento entre mis piernas y pies.
Corro y me brotan alas
mientras beso las ramas adornadas con flores
que van a amanecer.

Respiro y toda vida
respira
me acompaso a su ritmo
la cadencia es lumínica.
No muy lejos suenan
las voces de los grillos,
convirtiendo en música
el aire que acabamos de absorver.

Es que te miro y vos también
sos de aire, de agua y fruta
de deliciosa y etérea escencia.
Nunca creímos llegar acá
nunca creímos sentirnos así
y por nuestros poros sale el asombro
que nos ilumina la cara
las caderas
las muñecas.

En cierto momento del ritual
tu boca se acerca a mi oído
y susurra, con una dulzura imborrable:
"Gracias a la vida que me ha dado piel
para emparcharme las heridas
y seguir danzando"

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