miércoles, 4 de mayo de 2016

No me quiero poner en pajera

Con cinco minutos
de tus ojos de lirio
podríamos recrear
el primer fuego que vio
el humano
y recordar sí, -volver-a-pasar-por-el-alma-
la sensación de inmensidad galáctica y de pequeñez microscópica
que nos habita constantemente
como en una lucha de gladiadores
cuando lo miramos crepitar y después
clavamos los ojos en el infinito
de puntos blancos explotando
arriba en el aire.

y de yapa matarnos a besos
¿no?

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