Mirar hacia adelante.
Esperando que el sol salga
sabiendo que lo hará.
Buscar en las grietas de las manos
las raíces de las plantas
que te habitan.
Y si el pecho se estruja
escribir hasta alisarlo
y dejarlo volar en el torbellino.
Porque la libertad es persistente
es de piedras y río.
Es camino.
Y no morirá quien insiste
con todas sus fuerzas
en ser nube del cielo.
No morirá quien entienda
de marcas y heridas
y de sed y destino.
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