La palabra espera.
Su magia encapsulada titila desde las farolas del parque.
Aguarda.
Se oculta en el vuelo de una falda.
En un vaso de plástico con olor a café amargo.
En los stíckers de las paradas de colectivo.
La palabra sabe cuándo.
Siempre conoce el momento justo
para romper tu ropa y agujerearte entero.
Y así como ella mantiene el ritual
de tiempo y paciencia
de instante congelado,
Así nosotros.
Así vos, esperando la gota de claridad.
Así él, esperando la nube y la marea.
Así ella, que fuma en silencio.
Así yo, espero.
(Dios le propone espera
a la que muere en ansiedad)
También seré relato.
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