lunes, 24 de junio de 2013

Justo cuando quise
explicarme
olvidé que sólo soy
un pedazo de mí
escribiendo letras sucias
en hojas pálidas.

Pero esto no quiere decir que no sepa quién soy, que no pueda definirme dando un yo, un lugar, un ahí.

Puedo nombrar
todas las cosas que me gustan
las que me caen mal
las que hallo inservibles o intolerables
las que son un enigma conteniendo otros tantos enigmas
aquellas que son como un espiralado mar
sin forma y sin tiempo que consume todo
las pasiones y las rutinas

(A veces giro indefinidamente y mis náuseas preguntan cuando parará la estampida que no me deja cruzar hacia el otro lado)

Pero aún así yo sé que algo soy
me miro y veo piel y huesos y carnes que cuelgan de múltiples formas además puedo moverme con cierta soltura
 y todavía pensar con algo de lucidez y preguntarme si ese conjunto de hechos califican para definirme,
para sentirme perteneciente a un relato
que hechice a aquellos que me observan
que le de a mi existencia carácter existente.

Aquello que nos narra
es lo único que persiste.


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