--------------------
Dentro de la coreografía de los días
existen pálidas grietas.
La inmensa alegría del café caliente
luego del frío que resquebraja
las manos y el alma.
O el mate, que concede el rincón
donde abrazar las tristezas
con un hechizo de palo verde.
Y si los fósforos son celestes
reiremos,
con la risa tímida y cansada de lo cotidiano
que en su pequeñez,
es la tregua
la dulce caricia de paz
para un cuerpo hecho de guerra.
domingo, 28 de julio de 2013
Blanca sobre gris.
I -
Calle Antártida Argentina y callecita interna del barrio Rosendo López.
Un tipo fuma en la puerta del monoblock.
El frío pasa y le cuenta sus días.
II -
Los perros vienen a indagar
con sus ñatas que todo lo saben
ladrando curioso y mirando seco.
III -
Bahía Blanca tiene gusto a cápsula de tiempo
a burbuja atemporal
donde todo se junta
viene
y se va.
sábado, 20 de julio de 2013
La casa de mis padres
construcción aún imaginaria en Sierra de la Ventana,
es un vasto paraíso de íntimo sol.
Mi madre, que nunca cocinó
nos prepara torreones de chocolate
frutos rojos, abrillantados confites
y ríos de café con té de hierbas.
Mi padre, transformado en abuelo
saluda simpático montado en bicicleta
con el canasto lleno de verdura y el diario.
Planta jacarandaes en los rincones de la tierra.
La casa de mis padres en Sierra de la Ventana
piedra sólo narrada de deleites del tiempo
se alza ante nosotros con la alegría de la montaña.
Solo la palabra
la música de las plantas
el viento susurrando y quemando nuestros pómulos
conocen el anhelo y la esperanza
el brillo en los ojos
de los sueños más tiernos
de los deseos más ardientes.
Por eso, este nido de calor e historias
se parece a una biblioteca
a un río caudaloso
a la vibración en las cuerdas de un violoncello.
construcción aún imaginaria en Sierra de la Ventana,
es un vasto paraíso de íntimo sol.
Mi madre, que nunca cocinó
nos prepara torreones de chocolate
frutos rojos, abrillantados confites
y ríos de café con té de hierbas.
Mi padre, transformado en abuelo
saluda simpático montado en bicicleta
con el canasto lleno de verdura y el diario.
Planta jacarandaes en los rincones de la tierra.
La casa de mis padres en Sierra de la Ventana
piedra sólo narrada de deleites del tiempo
se alza ante nosotros con la alegría de la montaña.
Solo la palabra
la música de las plantas
el viento susurrando y quemando nuestros pómulos
conocen el anhelo y la esperanza
el brillo en los ojos
de los sueños más tiernos
de los deseos más ardientes.
Por eso, este nido de calor e historias
se parece a una biblioteca
a un río caudaloso
a la vibración en las cuerdas de un violoncello.
viernes, 12 de julio de 2013
Enredadera te llaman
(El tiempo se ramifica)
Así es tu manera de crecer, enredando. Cualquier superficie que tocas la enredas, la brotas de verdes y rincones, y así creces. Más y más.
Te perdí una noche azul y espesa de parafernalias y letras. Todo susurraba a nuestro alrededor mientras bailábamos, a la vez despojados y envueltos en nuestros cuerpos.
Todos tienen algo adentro. Un acto, aunque sea oscuramente ataviado, de genialidad.
¿Cuándo vendrá mi turno en esta sucesión de fotos?
¿Cuándo inyectaré mi luz y esparciré sombras?
Enredadera, ahí estás.
Acechante.
(El tiempo se ramifica)
Así es tu manera de crecer, enredando. Cualquier superficie que tocas la enredas, la brotas de verdes y rincones, y así creces. Más y más.
Te perdí una noche azul y espesa de parafernalias y letras. Todo susurraba a nuestro alrededor mientras bailábamos, a la vez despojados y envueltos en nuestros cuerpos.
Todos tienen algo adentro. Un acto, aunque sea oscuramente ataviado, de genialidad.
¿Cuándo vendrá mi turno en esta sucesión de fotos?
¿Cuándo inyectaré mi luz y esparciré sombras?
Enredadera, ahí estás.
Acechante.
I
Colonos sociales sumados sumidos.
Sur redondo, orquestado, oscuro;
opacidad deslumbrante espera a acudir
raudamente entre ellos,
sin nosotros.
II
Ejercicios sonzos simples, sinuosos.
Solo oyes sutiles sonidos. Sabes sumarlos
sin necesitarlos.
Siempre estará allí, inmóvil, lustroso.
III
Habla, ánimo! Oyes solo olas.
Sabés? Soledad, difícil lugar,
rompe especialmente estos sitios.
Supiste encontrar amor, ríos, sol ;
Luna, ayuda, arroz, zamba, anís.
Seguirás siendo orgullo, oh hija amiga;
alas sin norte.
Colonos sociales sumados sumidos.
Sur redondo, orquestado, oscuro;
opacidad deslumbrante espera a acudir
raudamente entre ellos,
sin nosotros.
II
Ejercicios sonzos simples, sinuosos.
Solo oyes sutiles sonidos. Sabes sumarlos
sin necesitarlos.
Siempre estará allí, inmóvil, lustroso.
III
Habla, ánimo! Oyes solo olas.
Sabés? Soledad, difícil lugar,
rompe especialmente estos sitios.
Supiste encontrar amor, ríos, sol ;
Luna, ayuda, arroz, zamba, anís.
Seguirás siendo orgullo, oh hija amiga;
alas sin norte.
martes, 9 de julio de 2013
Un día el miedo me cerró el pecho.
Me sentí preñada de muerte, de lento tormento.
Tomé mi entereza y la destruí por completo
dejando fragmentos
dejando silencios.
Buscaba el vómito de mi mente.
Trataba de hacerme roble en el contratiempo.
Corrí por medio mundo para volver a mí
doble raíz de atroz fruto
en un solo bulbo, la culpa y el indulto
comiéndose entre sí en triste pasatiempo.
Pero algo había que impedía
suicidarme en un verso.
Entre el vapor y el hermetismo de la noche
En la brillantina de la inconsciencia
llegaron como un puñal de flores
tus deseos.
Iré a tu encuentro
una vez más
como hago todo el tiempo, enajenadamente.
Iré hacia vos y será ver crecer
los pastizales del campo violeta
donde el viento seduce a la lluvia.
Iré y me fundiré en un solo movimiento
con tus ardientes ganas de explotar
de ser un espiral eterno
de música abrasadora.
Es mi patria
mi hogar
mi abrazo conmigo misma
en tu piel.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)